De los orígenes del Jurado la versión generalmente aceptada es que su creación se debió al fin de las ordalías en 1215, por decreto elaborado en el IV Concilio de Letrán. Sin embargo, una mirada más detallada de la historia del jurado nos puede mostrar que hay más que conveniencia administrativa alrededor de la creación del jurado. Detrás de la creación hay temas que hasta el día de hoy persisten como la expansión del Estado a través de la pena y el rol de la víctima en el sistema penal.
- Proceso Penal Pre-1215
Antes de la creación del jurado y del fin de los juicios por ordalías los procesos penales en la Inglaterra Anglosajona caían dentro de la esfera privada. La gran mayoría de las ofensas, y estas incluían ofensas como el homicidio simple (dar muerte a una persona con intención) y apropiación ilegal, eran procesables bajo iniciativa privada de la persona agraviada (la víctima) o sus parientes. En términos generales la parte agraviada o sus parientes acusaban al presunto ofensor y se llevaba a cabo un juicio en corte pública, que usualmente culminaba con una restitución o compensación monetaria.[1]
Para esta época también había una clase de ofensas que estaban reservadas a la Corona. En su origen estas eran ofensas perpetradas contra la Corona, de una seriedad tan grande que equivalían a traición. No obstante, además de este tipo de ofensas, la Corona se reservaba un tipo de ofensa que creaba una excepción a la norma, la acusación privada. Estas ofensas eran consideradas como las más gravosas. Una de estas ofensas era la denominada “murder”, homicidio (o asesinato) mediante sigilo, en donde perpetrador tomaba a la persona desprevenida y ocultaba su identidad ante terceros.[2]
Con el pasar del tiempo y los reinados la norma fue cambiando con el afán de la Corona de extender su control sobre las ofensas criminales que se cometían en los distintos condados y subdivisiones. La lista de ofensas que caían dentro de la jurisdicción exclusiva de la Corona fue aumentando, pero no fue este aumento lo que creo el camino hacia lo que hoy es un área del derecho que generalmente cae en la esfera pública. Lo que dio paso al control del Estado (o en aquel caso la Corona) sobre las ofensas criminales fue el proceso de acusación y el llamado jurado de presentación.
- El Jurado de Presentación
Verán, uno de los problemas que tenía la Corona era la iniciación del proceso penal. Independientemente el delito fuera uno de aquellos que caían dentro de la jurisdicción exclusiva de la Corona, para que este se pudiese procesar se dependía de la iniciativa privada.[3] Pues a pesar de que los Reyes llegaron a ser la representación de Dios en la tierra, esa caracterización no abarcaba su omnipresencia. Para remediar esta deficiencia la Corona estableció reformas que ampliaran su presencia, como lo fue la aparición esporádica de jueces reales en las cortes de los condados y los hundreds (subdivisión del condado).[4]
Estas reformas procesales dieron paso a la creación de un jurado de presentación, creación efectuada por Enrique II y recogida en el Assize de Clarendon de 1166. Un jurado de doce hombres para cada hundred, De presentación por que estaban obligados a reportar todos aquellos sospechosos de haber cometido felonías (robo, murder u homicidio) y jurado porque esa obligación debían desplegarla bajo juramento. Enrique II, no muy diferente a los políticos que exaltan el castigo como solución a los problemas, preocupado por la criminalidad rampante de la época, aumentó de esta manera el control de la Corona sobre las ofensas criminales y con ello su castigo. Recuérdese que homicidios simples podían dar paso a restitución o compensación monetaria, ahora podían ser penados con la muerte.

De esta manera nace el prototipo de los jurados de juicio. Aunque según el Assize de Clarendon la función de este jurado era meramente reportar a los sospechosos de haber cometido felonía, los historiadores que han abordado el tema han encontrado suficiente evidencia como para creer que su función sobrepasaba las de un mero reportador a ser también uno adjudicatorio o de filtro.[5] Esto quiere decir que el jurado de presentación en la práctica tenía dos funciones, la primera era la acusación de aquellos identificados como sospechosos, la segunda era deliberar sobre la veracidad de la acusación.
De esta manera el jurado de presentación es muy parecido a lo que hoy en día conocemos con el Gran Jurado, en tanto la función de este jurado no es dictar veredicto sobre la culpabilidad, sino de someter a aquellos sobre los cuales entendían que había bases creíbles para acusar. Al igual que el Gran Jurado, el veredicto y la posible pena no recae en la consciencia de los integrantes del jurado de presentación, pues ese dictamen se le reservaba a Dios mediante el método de prueba de las ordalías, que era lo que finalmente determinaba quien era culpable y por tanto estaba sujeto a la pena de muerte o quien era absuelto.
[1] Thomas Andrew Green, Verdict According to Conscience: Perspectives on the English Criminal Trial Jury 1200-1800 5 (1985).
[2] Id.
[3] Id. en la pág. 6.
[4] Id.
[5] Vease Robert D. Groot, The Jury of Presentment before 1215, 26 AM. J. Legal. Hist. 1, 2 (1982).
